viernes, 5 de octubre de 2012

Jean Paul Gaultier en la Fundación Mapfre




Siempre me ha parecido que Jean Paul Gaultier ha sido un auténtico genio. Un visionario que supo hacerse un hueco gracias a una forma de entender la moda totalmente contraria, transgresora, e incluso bizarra.

Ahora, gracias a la exposición de la Fundación Mapfre, los amantes de la moda vamos a poder disfrutar de una gran oportunidad para descubrir más sobre la figura del diseñador francés.

La muestra podrá verse del 6 de octubre de 2012 al 6 de enero de 2013 en la Fundación MAPFRE de Madrid (Paseo de Recoletos, 23).

 “Jean Paul Gaultier. Universo de la moda: de la calle a las estrellas” es una ambiciosa exposición compuesta de 110 modelos de alta costura y prèt-a-porter y más de 50 bocetos, acompañados de piezas audiovisuales, extractos de desfiles y entrevistas, además de primeros diseños y fotografías. Un conjunto que da testimonio de las arriesgadas y punteras propuestas de Jean Paul Gaultier, y del virtuosismo y artesanía presentes en todas sus creaciones.



INFANCIA
Jean Paul Gaultier nace en 1952 en Arcueil, una localidad del extrarradio de París, pero su corazón late a la vez al ritmo del París canalla y de la rock attitude de Londres. Durante su infancia, su abuela materna le permitía ver lo que él quería en su televisor, un lujo poco común en Francia durante esa época. Jean Paul Gaultier desarrolló un sentido crítico y analítico de la moda y un vocabulario propio.
Fascinado por el París de la Belle Époque, el París de Toulouse-Lautrec y del Moulin Rouge, la muchedumbre colorida de Barbès y, por supuesto, la torre Eiffel, Gaultier crea una nueva silueta y encuentra el encanto en las bellezas más atípicas: «Siendo un niño, siempre me llamaban la atención las mujeres que no eran como las demás».
Durante su adolescencia, y de manera totalmente autodidacta, comienza a diseñar dos colecciones al año inspirándose en las revistas de moda, las películas de entreguerras y los programas de televisión sobre moda de la década de 1960. En la década de 1970 descubre la tradición y el arte de la alta costura en las casas de Pierre Cardin y Jean Patou. Más tarde, en 1976 se lanza al prêt-à-porter para mujer. Veinte años después, abre su propia casa de alta costura, trabajo que compagina con otras creaciones para Hermès entre 2004 y 2010.

EL CORSÉ
Su osito de peluche, Nana, fue testigo de los primeros pasos creativos de Jean Paul Gaultier, al que, ya de niño, le fascinaba el encanto de los corsés. Tanto es así, que dicho muñeco fue engalanado por el jóven Gaultier con un corsé de fabricación casera. El modisto, criado por mujeres fuertes, no cree en el mito del sexo débil y reinterpreta con humor los corsés, signo de reclusión del cuerpo femenino.
Aunque las mujeres encorsetadas de Gaultier podían parecer la negación de las luchas feministas, en realidad el corsé, lejos de ser un instrumento de tortura que aprisiona el cuerpo de la mujer, encarna el nuevo poderío de lo femenino y viste a la mujer con una pieza que bien podría recordar la armadura del caballero medieval. Muchas estrellas lucirán las versiones de sus corsés con pespuntes concéntricos: Madonna la primera, con los icónicos corsés de la gira Blond Ambition World Tour en 1990, pero también Catherine Ringer, Cindy Sherman, Grace Jones, Dita Von Teese y Kylie Minogue han sucumbido a la fascinación por esta icónica prenda del diseñador francés.



LA BELLEZA ATÍPICA
Jean Paul Gaultier siempre se ha revelado contra la dictadura de la delgadez. Para el creador, existe sensualidad en una talla XXL. Su mensaje es formidable: ¡ser uno mismo, cualesquiera que sean las características que la naturaleza y la cultura nos hayan proporcionado!
De hecho, para sus desfiles, el diseñador ha organizado en varias ocasiones castings abiertos, con los que convoca a sus modelos a través de anuncios como este: «Creador inconformista busca modelos atípicas: caras raras no abstenerse».
PARÍS
París es fuente de inspiración constante para Gaultier. París es la ciudad del amor, de la luz, de la moda... por ello, el diseñador reinterpreta sus señas de identidad: la boina, el trench-coat, la camiseta de rayas, la boquilla y la pata de gallo, el cuadro vichy y la baguette. Su parisina puede encarnar, según el momento, tanto a la existencialista de los años cuarenta o a la clienta de alta costura de los años cincuenta.
Pero no sólo París influye en Jean Paul Gaultier. Un viaje a Londres, en la década de 1970, le descubre la moda transgresora de los punks de Trafalgar Square. La política antimaterialista de este movimiento influye de gran manera en él y le permite explorar una moda inconformista, inspirada en la energía de la calle, la tienda Sex de Vivienne Westwood y Malcolm McLaren, y el movimiento del glam rock, liderado por un David Bowie transformado en su alter ego Ziggy Stardust. La escasez de medios lo obliga a ser creativo; le atraen la rebelión total, el aspecto trash y destroy. 
Habrá que ir a verla, verdad???





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